Comentario de pintura: “Madonna del
duque de Urbino”
Primero observamos detenidamente la
foto y apuntamos en sucio todo lo que nos sugiere en ese momento y que se
merece que luego destaquemos, aunque hay cosas que irán saliendo a la vez que
vamos escribiendo el comentario.
Hay que comentar lo que se ve
informando de aquello que nos indica una época, estilo, escuela, autor…. Después,
pasamos a escribir.
En esta pintura
religiosa sobre tabla se observan una Virgen con niño y santos en un
entorno arquitectónico.
La composición provoca
sensación de estatismo,quietud,
equilibrio, serenidad, orden…:
- Un primer plano donde se colocan los santos y ángeles que ocupan espacio gracias al volumen de las telas que los visten. Están colocados formando un cilindro en cuyo centro está la Virgen. También aparece la figura de un donante con ropas militares y en actitud orante.
- Un segundo plano arquitectónico clásico con bóveda de cañón con casetones, ábside con venera o concha decorando la bóveda de cuarto de esfera, mármol, molduración horizontal en línea de imposta, etc. La perspectiva y la espaciosidad se consiguen aplicando la pirámide lineal o albertiana, con punto de fuga hacia la cabeza de la Virgen.
- El cuadro se divide en dos rectángulos, el superior vacío y claro y el inferior oscuro y lleno.
La luz utilizada
es generalizadora, fría, y sírve para modular los volúmenes.
Los colores son
fríos (grises, verdes y azules)
mayoritariamente, alternados casi simétricamente con los rosas.
Tras el análisis, razonamos el estilo,
cronología , autor y obra (estos últimos en el caso de que los conozcamos).
Perspectiva lineal, matematización en la colocación de la figuras, en la
división del cuadro, en la relación verticales/horizontales, arquitectura
clásica, desaparición casi total de símbolos parlantes, idealización de
los rostros, aparición del retrato/donante y sensación de racionalidad y
equilibrio son claras muestra de los intereses de los pintores del Renacimiento
del siglo XV en Italia.
Si se reconoce el autor y la obra se
escribe sobre esta:
Esta es una de las primeras pinturas al óleo sobre tabla
italiana, clara muestra de la influencia
de la pintura flamenca en el arte meridional. Era más habitual la pintura al
temple y el óleo no se generalizará hasta el s. siguiente. Piero de la
Francesca , el primer tratadista de la pintura del Quattrocento,
trabajó sobre todo para su mecenas el duque de Urbino, Federico de Montefeltro,
que aparece aquí retratado en un primer plano. El huevo suspendido es un
símbolo sobre el que no se ponen de acuerdo los historiadores pero que se cree
que está relacionado con la familia del donante.
La corporeidad y
colocación de las figuras tienen influencias de Masaccio. La arquitectura que
sirve de marco para convencer del espacio es aprendida a través de lo que
hicieran y escribieran los arquitectos Brunelleschi y Alberti, así como los
relieves de Giberti.
Se sigue hablando de la obra de Piero
y de sus contemporáneos. Si no se reconoce el autor se habla del estilo, es
decir la pintura del s. XV en Italia. Si no se aprecia que es de este siglo se
habla del Renacimiento en gral.